Pienso en mi infancia y en todos los adultos en mi camino que me dieron orientación y que me empujaron a perseguir mis sueños, independientemente de las barreras que tuve que superar. No puedo evitar sentir una tremenda sensación de gratitud absoluta mientras me siento en mi escritorio trabajando en una carrera con la que soñé durante tantos años. Mi viaje proviene de humildes comienzos. Solo un joven niño migrante, que fue a la escuela pública, que trabajó duro para enorgullecer a sus padres. A menudo me he preguntado "¿Cómo puedo devolver la mayor parte del tiempo, el amor y la orientación que mis maestros y mentores invirtieron en mí?"
Esta pregunta es lo que me impulsa a devolver a nuestra comunidad. Es vital invertir en nuestros hijos. Ellos son nuestro futuro. Por más cliché que pueda parecer, es absolutamente cierto. Vivimos en una época en que muchas comunidades marginadas a menudo quedan en la sombra, sin voz y desesperadas. Debido a esto, es nuestro deber continuar inspirando a nuestros hijos para que puedan tener el poder de cambiar nuestro mundo para mejor. Podemos hacer esto a través del poder de la educación. Nuestros jóvenes tienen el futuro del mundo en sus manos.
Tuve la oportunidad de hablar con los niños de la Escuela Primaria TG Barr para la reunión escolar del Día de César Chávez. Comparto este video con todos ustedes con la esperanza de que los inspire a invertir en nuestro futuro.
Cuando recuerde su legado y lo que dejó atrás, ¿qué recordarán los niños que viven en este lugar y tiempo?
Por: Salvador Macías
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