ABOGADO DE ASESINATO EN PRIMER GRADO EN PHOENIX, AZ

En un caso de asesinato en primer grado, esta defensa atacará específicamente la calidad de la investigación de las autoridades y la confiabilidad de las pruebas utilizadas contra un sospechoso. Los tipos de evidencia que un abogado generalmente puede atacar incluyen:

• Escena del crimen: ¿Llevó a cabo la policía una investigación adecuada de la escena del crimen y de las pruebas reunidas en el lugar? ¿Se perdió, pasó por alto o se destruyó alguna evidencia?
• Patología Forense: ¿El médico forense llegó a las conclusiones correctas o no consideró pruebas específicas? Además, ¿documentó el médico forense con precisión la hora de la muerte de la víctima?
• Serología forense: Se trata básicamente del examen forense de sangre. Un abogado podría utilizar esta defensa haciendo preguntas como: ¿cómo se relaciona la sangre con el sospechoso? ¿Y cómo se determinó que esta sustancia era sangre humana?
• Evidencia de ADN: Una de las defensas más sólidas que puede utilizar un abogado con respecto a la evidencia de ADN es si los detectives forenses utilizaron análisis STR o procedimientos de tipificación del ADN mitocondrial. Este último no tiene el mismo poder de discriminación en el análisis STR. Además, un abogado puede cuestionar si los detectives contaminaron de alguna manera la evidencia de ADN.
• Huellas dactilares: Cuando se trata de huellas dactilares como prueba, un abogado puede cuestionar si las huellas fueron ubicadas, conservadas y mejoradas digitalmente correctamente.
• Evidencia balística: En los delitos relacionados con armas de fuego, es importante que las autoridades investiguen los tipos de armas y balas involucradas. Además, es importante comparar con precisión las marcas de las balas y los cartuchos. Las autoridades también deben examinar a todos los sospechosos y víctimas en busca de residuos de pólvora. Si las fuerzas del orden actúan de manera deficiente o inexacta en esta parte de la investigación, un abogado puede utilizarla como defensa.
• Informática forense: Por último, un abogado puede cuestionar si la policía adquirió, examinó y conservó adecuadamente los datos informáticos involucrados en un cargo de asesinato en primer grado.

Un abogado puede potencialmente convencer a un jurado de que retire la pena de muerte si un sospechoso mató a alguien como resultado de defensa propia. Si no hubo premeditación y el acusado actuó en defensa propia, esto no constituye asesinato en primer grado.

De manera similar al reclamo de defensa propia, un abogado puede potencialmente convencer a un jurado de que retire la pena de muerte si un sospechoso mata a alguien porque intentó proteger a otra persona.

Otra posible defensa es si una persona mata a alguien con el único propósito de prevenir un crimen mortal. Según la ley de Arizona, el sospechoso debe haber pensado que era necesaria la fuerza letal para evitar:

• Incendio provocado
• Robo
• Secuestro
• Homicidio involuntario
• Asesinato en primer o segundo grado
• Agresión sexual
• Abuso de menores
• Robo a mano armada
• Asalto agravado

Otra posible defensa contra la pena de muerte es demostrar que un sospechoso no tenía motivos para matar a alguien. Aunque la fiscalía no está obligada a probar el motivo, de todos modos con frecuencia intenta utilizarlo contra un sospechoso. Si un abogado demuestra que un sospechoso no tenía un motivo, puede argumentar que el sospechoso no cometió el delito.

La identidad equivocada puede ser una fuerte defensa contra la pena de muerte. Esto se debe a que muchos sospechosos son identificados inicialmente mediante la identificación de testigos presenciales. Las investigaciones demuestran que la identificación de testigos presenciales es el tipo de evidencia menos confiable.

Ocasionalmente, un jurado acusa a un sospechoso de asesinato en primer grado si estuvo presente durante el crimen. La mera presencia no significa que un sospechoso estuvo involucrado en un crimen, ni significa que mató a alguien. En otras palabras, la mera presencia no equivale a intención criminal.

En una defensa con coartada, un abogado proporcionará pruebas de que el sospechoso estaba en otro lugar cuando ocurrió el asesinato. Obviamente, si un sospechoso demuestra que no estaba en la escena cuando ocurrió el asesinato, entonces no cometió el asesinato.

Si un sospechoso tiene pruebas que conectan a otra persona con un asesinato, entonces un jurado puede retirar la pena de muerte. Dependiendo de los hechos de un caso particular, un sospechoso podría tener tanto una coartada como una defensa de culpabilidad de terceros.

Como se indicó anteriormente, la premeditación es una parte esencial de un cargo de asesinato en primer grado. Si un abogado puede probar que un sospechoso no planeó ni pensó en el asesinato de antemano, el jurado no puede acusarlo de asesinato en primer grado.

Cuando un sospechoso es acusado de un delito grave de asesinato, un abogado siempre debe cuestionar las pruebas que demuestran que cometió el delito subyacente. La fiscalía no podrá probar el delito grave de asesinato a menos que pueda probar el delito grave subyacente.

Un abogado puede utilizar la tendencia a la impulsividad del sospechoso a su favor. Esto se debe a que la impulsividad puede demostrar que el sospechoso no premeditó un asesinato. Sin embargo, un abogado no puede argumentar que su sospechoso padecía un trastorno mental que le impidió la premeditación a menos que el abogado esté argumentando que está completamente loco.

Un abogado puede argumentar locura en nombre de un sospechoso con una enfermedad mental para potencialmente retirar la pena de muerte. Para demostrar que un sospechoso es culpable pero está loco, un abogado debe demostrar que el sospechoso no distinguió el bien del mal durante un asesinato debido a su enfermedad mental. Esta defensa es generalmente poco común porque muchas personas padecen enfermedades mentales pero aún así distinguen el bien del mal.

Sin embargo, la defensa por locura todavía se utiliza para sospechosos que padecen esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno de identidad disociativo (anteriormente conocido como trastorno de personalidad múltiple) y más. En lugar de enfrentarse a la pena de muerte o cadena perpetua, un sospechoso que afirma estar loco pasará su vida en un hospital psiquiátrico.

Por ejemplo, un caso famoso ocurrido en la década de 1970 en el que el sospechoso afirmó que la locura implicaba Billy Milligan. Sufría de trastorno de identidad disociativo. Sus abogados afirmaron que dos de sus 24 personalidades alternativas cometieron violaciones y robos a mano armada sin que la personalidad anfitriona de Milligan estuviera al tanto de los crímenes.

La evidencia atenuante es básicamente cualquier factor en la vida de un sospechoso que debería evitarle la pena de muerte sólo por piedad. Los factores potenciales que un abogado puede argumentar son la corta edad del sospechoso, su enfermedad mental y su historial biosocial.